domingo, 3 de septiembre de 2017

El héroe que salió del mármol

Hay una célebre frase que se atribuye a Miguel Ángel (Michelangelo Buonarroti, (Caprese, 1475, Roma, 1564) que se ha convertido en todo un clásico para los escultores: “Come posso fare una scultura? Simplemente rimuovendo tutto locco di marmo non è necesario” (¿Cómo puedo hacer una escultura? Simplemente retirando del bloque de mármol todo lo que no es necesario)
Esta idea de ver la obra dentro del mármol y dejarla salir se hace más curiosa en una de sus creaciones más conocidas: El David. 



Para esculpir esta magnífica obra, que representa la historia bíblica de la victoria de David ante el gigante Goliat con una simple honda, Miguel Ángel utilizó un bloque de mármol trabajado por diversos artistas anteriormente. Dejaron tan maltratada la piedra que hubo quien dudó de que se pudiera aprovechar. Hasta que Miguel Angel “retiró todo lo que no era necesario”.

El bloque de mármol de 18 pies de altura (5,50 metros) se extrajo de la cantera de Carrara, y se transportó por mar hasta el rio Arno, que remontó hasta Florencia. Se le llamó “Il Gigante” y se le ofreció a Simone da Fiesola para esculpir un personaje del Antiguo Testamento. El escultor fracasó y dejó el bloque tan dañado que fue abandonado durante años.

Posteriormente, otros dos escultores florentinos: Agostino di Duccio y Antonio Rossellino intentaron trabajar el bloque pero fracasaron también y lo abandonaron a medio esculpir.

Frustrados por no haber conseguido una gran obra para Santa María del Fiore, las autoridades de la Opera del Duomo buscaron un escultor que fuera capaz de esculpir un David.



El encargo recayó en Michelangelo Buonarroti, que había realizado en 1499 la Pietà del Vaticano, encargada por el Papa Julio II. En 1501, veinticinco años después de que Rossellino abandonara el bloque de mármol, Miguel Ángel acepta el encargo, y tras dos años de trabajo acabó el David.

Para esculpirlo, el artista renacentista prescindió de los modelos sobre yeso o terracota previos, y se dedicó a trabajar directamente sobre el mármol. Y utilizó el cincel perimetralmente, ya que quería que su obra fuera vista desde todos los lados (en contra de la costumbre de realizar obras para ser observadas frontalmente).

David de Donatello
David de Verrochio
Las diferencias del David de Miguel Ángel con otros conocidos, como los de Verrochio o Donatello son diversas. En la obra de Buonarroti no aparece Goliat, como sí ocurre en las demás. Aquí, el héroe es un hombre musculoso, no un muchacho delgado como en las otras obras. En esta ocasión no aparece victorioso, sino con la tensión previa al combate. Y finalmente, las proporciones no se corresponden con las clásicas: La cabeza, las manos y el tórax del héroe son más grandes de lo normal.
 
La escultura se apoya en el pie derecho y se balancea hacia la derecha. La cabeza gira a la izquierda y los hombros se ladean en sentido contrario a las caderas. Se genera así un “contrapposto” (oposición armónica de las distintas partes del cuerpo de la figura humana, lo que proporciona cierto movimiento) Era un efecto muy valorado en la época, pero en realidad, todo ello fue la consecuencia del gran hueco en el lado izquierdo del bloque de mármol.

El David se convirtió en el paradigma de la escultura renacentista y el bloque de mármol originó su “contrapposto”, el más elegante jamás esculpido.

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