domingo, 5 de marzo de 2017

MONDRIAN HASTA EN LA SOPA


Si alguien nos pregunta por Mondrian, seguro que nos viene a la mente uno de los cuadros más famosos del pintor neerlandés, la “composición en rojo, amarillo, azul y negro” que pintó en 1921.

Piet Mondriaan,1921-Composition en rouge, jaune, bleu et noir
Y es que, aunque Pieter Cornelis Mondriaan (Amersfoort (Paises Bajos), 7 de marzo de 1872 - Nueva York, 1 de febrero de 1944), pintó innumerables obras, incluyendo retratos y bodegones, es por sus “composiciones” por lo que es mundialmente conocido.
Los cuadrados blancos, rojos, amarillos y azules, separados por líneas negras se enmarcan en lo que se conoce como abstracción geométrica. Con ello el autor intenta encontrar la “estructura básica del universo”, representando el no-color blanco con todos los colores básicos y el no-color negro con la ausencia de color. La eliminación de las texturas, de las formas, de las curvas, busca la esencia de lo absoluto bajo la realidad.

En resumen, lo que pretende es eliminar toda representación de "lo que vemos" para dejar al descubierto su estructura, su “arte puro”.
Su influencia fue muy fuerte en sus círculos próximos, y consiguió que su concepto asimétrico traspasara las dos dimensiones gracias a Gerrit Rietveld que construyó en 1924 la casa Rielvelt Schröder en la ciudad de Utrech como un cuadro de Mondrian.
 Pero la realidad es que con el tiempo la estética ha superado el mensaje y su composición ha sido adoptada por los diseñadores como un icono por el color y la forma.


En la moda, con Yves Saint Laurent, un incondicional de Mondrian.








En objetos cotidianos, como zapatillas de deporte (Nike Dunk Low SB Piet Mondrian) y máquinas de escribir (la Modrian Typewritter de Kasbah Moderne)
 

 
Bernard Hinault en 1984
  Un maillot de ciclismo (el del equipo La Vie Claire, en los 80), un coche de carreras (el equipo francés Oreca, en Lemans), o el champú L'Oreal.
 
           Y si quieres, puedes comerte un pastel Mondrian, ...
 
 
o tomarte una sopa en una taza Mondrian