sábado, 27 de julio de 2013

¿Cuánto vale mi cuadro?

Una pregunta muy habitual entre los que quieren dar el paso de aficionado a profesional es: qué precio le pongo a mis obras?

Es esta una cuestión muy importante porque, además de ser el primer paso para vender sus obras, el precio que se estipule marcará los futuros encargos del artista.

Para poder fijar el precio de una obra de arte existen varios métodos: Por costes, por comparación, por tamaño,… Vamos a verlos uno por uno.


 Por costes. Es el método que utilizan las empresas para fijar el precio de sus productos. Partiendo de la suma del coste de los materiales se aplica un margen de beneficio, que en nuestro caso será lo que queremos ganar por el tiempo dedicado. Con este sistema nos aseguramos que cubrimos los gastos, y por lo menos no tenemos pérdidas.

Este método es poco recomendable para artistas que comienzan, ya que la inexperiencia nos hace invertir mucho tiempo en las obras que realizamos. Con el tiempo adquirimos más destreza y más velocidad en hacer una obra, que seguramente tendrá más calidad. Paradójicamente, aplicando este método deberíamos vender más caras las primeras obras que las posteriores.


Por comparación. En este caso lo que hacemos es observar el mercado y buscar artistas de nuestro mismo perfil: experiencia, técnica, currículum,… El precio que pongan a sus obras puede servirnos de referencia para fijar nuestro precio.

Esta forma de fijar el precio es interesante para artistas primerizos, ya que a la vez que cogen como referencia a otros artistas de perfil similar, sirve para conocer los puntos de venta, las galerías,…


Por tamaño. Y hablando de galerías, este es su método preferido para poner precios a una obra. El sistema consiste en transformar la superficie del cuadro en puntos: así un cuadro de 15 F serán 15 puntos. Luego se multiplica por un precio por punto que se ha establecido en función de cada artista, según su cotización en el mercado.

Es un sistema que simplifica mucho el cálculo sobre todo cuando estamos valorando series de un mismo artista. De esta forma los cuadros más grandes acostumbran a ser más caros.


Por elementos. Es el sistema de los artistas por encargo, como los retratistas. Consiste en fijar el precio en función de las partes del cuerpo que se incluyen en el resultado final (cabeza y hombros, con manos, cuerpo entero,..) además de otros elementos como el fondo, ropa,…

 
Por intuición. Los artistas con buen conocimiento del mercado, con dotes comerciales y fuerte autoestima puede optar por este método. Partiendo de la base de que el precio de una obra lo marca el mercado, los artistas expertos pueden hacer una estimación de cuánto está dispuesto a pagar el posible comprador y fijar el precio en función de esa intuición.


Ahora ya sabemos cómo ponerle precio a la obra. Ya sólo queda llegar a un acuerdo con el comprador. Suerte!!!


                                  

El cuadro más caro de la historia (de momento) es "Los Jugadores de Cartas" de Paul Cézanne, pintado en 1983 y vendido en 2011 a la Familia Real de Qatar por 250 millones de dolares.