En 2005, en el Museo Británico de Londres, estuvo expuesta durante días una piedra, de 25 por 15 cm, en la que había dibujada una escena cotidiana de la prehistoria: un hombre en busca de comida. En el panel explicativo que estaba junto a la piedra, se especificaba que el nombre de la obra era “Early Man” y su autor Banksymus Maximus.
Observando la obra surge la sorpresa, el hombre va en busca de comida en un carro de supermercado!!!.
En realidad Banksymus Maximus, es el prolífico y misterioso graffitero Banksy.
Nadie conoce la verdadera identidad de este admirado, criticado y cotizado artista. Durante años se dedicó a entrar en diferentes museos del mundo (disfrazado con barbas postizas, pelucas, sombreros, gafas,…) para colgar obras suyas. Su intención era el puro divertimento, y de paso, denunciar la falta de control en la mayoría de museos del mundo.
El caso de la piedra colgada en el Museo Británico es el más llamativo, ya que pasaron los días y nadie advirtió la broma (ni los miles de visitantes del museos, ni los propios empleados), por los que el propio Banksy tuvo que descubrir el engaño. Desde su página web convocó un concurso en el que ofrecía un premio al que localizara la piedra y se hiciera una foto con ella. El premio: un carrito de la compra.
Una vez descubierta, la pieza se exhibió en el Outside Institute formando parte de una muestra de la obra de Banksy. Junto a la piedra un rótulo decía: Pieza cedida por el Museo Británico.