jueves, 14 de julio de 2011

PICASSO EN PALESTINA

La exposición más pequeña de la obra de Pablo Ruiz Picasso se inauguró el pasado 24 de junio en la ciudad palestina de Ramala. Consta de un único cuadro: "Buste de femme" (Busto de mujer) y llega en préstamo del Van Abbemuseum de Eindhoven (Holanda). La iniciativa corresponde a la Academia Palestina de Arte, que en 2010 hizo la petición de poder exhibir una obra de Picasso. El cuadro es la obra de más valor del museo holandés y, evidente, es la obra de arte occidental más importante que se haya exhibido nunca en Cisjordania. Es la pieza central de la exposición "Picasso en Palestina", cuyo objetivo es que los palestinos tengan la posibilidad de aproximarse a uno de los más influyentes pintores occidentales.
 Para poder realizar el sueño de Jalid Horani, director de la Academia Palestina han sido necesarios dos años de negociación, superar todo tipo de trabas políticas y burocráticas y la escolta de una compañía de seguridad israelí. 
"Buste de femme" es un óleo de 100 por 80 centímetros,  representa la interpretación cubista en diversos tonos de gris de un rostro de mujer y está valorado en cinco millones de euros.
Para Charles Esche, director del Van Abbemuseum el cuadro de Picasso “se verá cambiado por su viaje a Ramalá. Adquirirá un significado adicional, y la historia será parte de la historia del cuadro".
En la inauguración se congregaron más de doscientas personas, incluído el primer ministro palestino, Salam Fayad.
Jóvenes artistas, expatriados, familias enteras y personas que no quieren perderse un momento histórico en su país hacen largas colas en la escalera de acceso al edificio. La policía sólo permite el acceso de dos en dos para contemplar durante un máximo de medio minuto la obra del artista malagueño.
El cuadro se expone custodiado, pero lo que está claro es que una vez más el arte se ha impuesto a la política, a la religión y a la sociedad.

Buste de Femme (1943)

sábado, 2 de julio de 2011

ANTONIO LOPEZ. RETROSPECTIVA EN EL MUSEO THYSEN

Cuando con sólo 14 años llegó a Madrid desde Tomelloso, Antonio López tenía muy claro que quería dedicarse a pintar. Se inició en el dibujo en la Academia de Bellas Artes de San Fernando y aprendió a amar el arte clásico.  Su innato dominio de la técnica pictórica, mundialmente reconocido, puede apreciarse con toda su intensidad en la retrospectiva que desde el pasado 27 de junio y hasta el 25 de septiembre recoge el Museo Thysen de Madrid. 130 obras seleccionadas por su hija María (comisaria de la exposición) y por el conservador del museo, Guillermo Solana, que resumen una vida dedicada al arte hiperrealista: La mujer de Coslada, La terraza de Lucio, Membrillero, Madrid desde la torre de bomberos de Vallecas, Madrid desde Torres Blancas  ... La conocida lentitud de Antonio López para concluir sus obras ha hecho que a la vez que escasas sean sorprendentes las nuevas obras que ofrece al ansioso espectador.
Sin duda, una exposición imprescindible.